El enfoque de riesgo en la provincia del Neuquén

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El Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres de este año se trata de gobernanza. La buena gobernanza del riesgo de desastres se puede medir en las vidas salvadas, la reducción del número de personas afectadas por los desastres y la reducción de las pérdidas económicas. Se conmemora todos los 13 de octubre por iniciativa de Naciones Unidas.

* Por Pablo A. Gutiérrez Colantuono – Secretario del COPADE – y Daniela Torrisi – Directora de Planificación Territorial

Las cinco microrregiones, enfoque de base sobre el cual COPADE trabaja habitualmente, es un marco territorial posible para planificar, implementar y monitorear las políticas públicas. Esta modalidad de abordaje se complementa con una metodología enfocada desde la reducción de riesgo de desastres. La misma previene escenarios de riesgo, refuerza las capacidades de las comunidades y fortalece la resiliencia (capacidad de adaptarse y recuperarse). 

La reducción de riesgo propone identificar las variables que interactúan en la generación de un evento no deseado, comúnmente definido como “desastre”. Suele definirse al “desastre” pensando en grandes eventos que afectan a la población: huracanes, tsunamis y terremotos. 

Ciertamente su definición es más amplia y compleja. Los pequeños y medianos “desastres”, que ocurren a diario y a escalas menores, generan mayores daños que los grandes y más esporádicos. Actualmente pocas teorías afirman que tanto la magnitud, la intensidad o la duración de los eventos, son los factores que permiten explicar por sí solos el nivel de daño sufrido. Más bien se trata de encontrar explicaciones en el conjunto de las condiciones económicas, sociales y ambientales existentes al tiempo del impacto (Lavell, A. 2000). Esta mirada superadora explica el auge que ha tenido el concepto de vulnerabilidad social como factor explicativo del daño. 

El riesgo es una construcción social por lo tanto conocerlo, evaluarlo, gestionarlo y reducirlo es crucial para el desarrollo de nuestros territorios y comunidades. Para ello existen principios orientadores: 1. preventivo, que implica la proactividad; 2. de responsabilidad compartida, centrada en la colaboración, participación y solidaridad; 3. coordinación, exige articulación interinstitucional y multisectorial; 4.articulación, en tanto vinculación entre los distintos niveles de gobierno. 

Estos principios son utilizados por el Gobierno de la Provincia del Neuquén como orientadores en la toma de determinadas decisiones para el abordaje de la actual emergencia. En tanto orientadores de la política de planificación y acción con foco en las microrregiones podrán, quizás, guiar la etapa de “reconstrucción” de las tramas socioeconómicas pospandemia. Ello permitirá evaluar los impactos del COVID19 de modo más específico y conocer los niveles de vulnerabilidades preexistentes que hicieron la diferencia en cada microrregión.

Frecuentemente esas vulnerabilidades específicas indican cuáles son las capacidades comunitarias a ser reforzadas. Para ello se ha de trabajar fuertemente en la resiliencia como concepto que permitirá que lo ocurrido, con los impactos que implicó, no haya sido en vano. Podremos, entonces, ensayar la construcción colectiva de un nuevo “modo de hacer”. 

COPADE, en tanto órgano de aplicación de la Ley 2713 , busca articular preocupaciones y ocupaciones en la tarea de visibilizar la política provincial de prevención de riesgo y de construirla junto con gobiernos locales y actores sociales de todo tipo, fundamentalmente, porque entendemos que no puede analizarse el cuadro de “amenazas” sin el debido contexto de “vulnerabilidades” presentes en nuestro territorio. 

Esa es la tarea y también el desafío. 

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